Las tarimas antiderrame son una inversión para cualquier bodega o industria que maneje líquidos, protegen tu negocio, personal y al planeta. Y cómo cualquier herramienta, necesitan tener buenos cuidados para que duren muchísimo y sigan funcionando a la perfección. Hablamos de los cuidados qué le des a tus tarimas, aquí te damos algunos consejos para mantenerlas en perfecto estado.
Como cuidar una tarima antiderrame
1. No las cargues en exceso
Cada tarima antiderrame tiene una capacidad de carga máxima, tanto de peso como de contención de derrames. Sobrecargarlas puede dañarlas y aumentar el riesgo de un derrame grande que la tarima no va a poder contener, revisa su ficha técnica antes de colocar tambos o contenedores.

2. Dales un buen trato al moverlas
Aunque son robustas, arrastrarlas o golpearlas con el montacarga las daña. Usa las aberturas diseñadas para las horquillas y manéjalas con cuidado, un golpe fuerte puede generar fisuras que no veas a simple vista y si ocurre un derrame, la tarima no podrá contenerlo bien.
3. Límpialas a tiempo
Si ocurre un derrame y cae líquido en la tarima, no basta con vaciar de nuevo el producto y cerrar bien el contenedor, las tarimas antiderrame deben ser lavadas cada vez que se ensucian. Los químicos y líquidos pueden corroer el material. Usa agua y jabón neutro, suelen ser suficientes para la mayoría de sustancias inofensivas, pero si son químicos sigue su protocolo de limpieza.
4. Protégelas del sol y los climas extremos
Si tus tarimas antiderrame están al aire libre, asegúrate de que sean resistentes a los rayos UV. La exposición constante al sol puede degradar el plástico con el tiempo, volviéndolo quebradizo. Si es posible, cuando no estén siendo usadas, guárdalas bajo techo o cúbrelas cuando no las uses.

5. Inspecciónalas regularmente
Haz de la revisión una rutina, no basta con un vistazo rápido diario, por lo menos una vez a la semana o al mes, dependiendo si se usan diario, tómate el tiempo para una inspección más a fondo. Busca grietas en las esquinas o uniones, deformaciones, signos de corrosión o cualquier desgaste inusual.
6. Usa los accesorios correctos
Si tu tarima antiderrame está diseñada para rampas o rejillas removibles, asegúrate de que estos accesorios estén en buen estado y se usan adecuadamente. Una rampa dañada puede provocar un accidente al mover tus tambos, mientras que una rejilla rota puede no soportar el peso.
7. Capacita a tu equipo
La capacitación siempre es necesaria, para que tu personal sepa cómo usar y cuidar las tarimas es fundamental, explícales no solo el “cómo”, también el “por qué”, es decir, por qué es importante que deban cuidarse en términos de seguridad, medio ambiente y normatividad.